sábado, 12 de febrero de 2011

Perfecto

Como si de la tía Daniela se tratara, sin apenas conocerlo, lo doté de todo lo que lo hace perfecto: la fuerte determinación de un titán, la ternura y bondad de un ángel y un talento fuera de lo común.

Lo creé a la viva imagen de mi necesidad de él, de todos los anhelos e ilusiones que me habían llenado la vida de espera por él.

Creí sus palabras mas rápido y mas profundamente de lo que hubiera creído las de cualquier otro, porque era él quien las pronunciaba, porque él es perfecto.

Me maravilla la inocencia que todavía soy capaz de albergar en mi interior, me maravilla mi capacidad de olvidar que la perfección absoluta no existe cuando lo miro a los ojos, cuando le rozo los labios.

Pero algo ha cambiado dentro de mi, ahora lo miro y me sigue pareciendo perfecto, sigue pareciendo una extensión de mi misma y estar a su lado sigue pareciendo tan fácil y tan natural como respirar, pareciera como si hubiéramos nacido para estar así, el uno junto al otro.

Pero ahora, sólo lo parece.





martes, 1 de febrero de 2011

De relatividad y relativización

Siempre me han maravillado estos dos conceptos por simples y complejos a la vez, por lo rápido que se entienden si no profundizas en ellos y lo increíblemente profundos que pueden llegar a ser, con poco que rasques levemente su superficie.

Como dice una gran amiga mía, tengo un alma didáctica y supongo que por eso siempre he explicado la teoría de la relatividad usando un ejemplo fácilmente comprensible hasta por niños pequeños, el ejemplo del baño:

yo: "El tiempo es relativo, ¿sabéis?"

niñ@: "¿Como que relativo seño?, el tiempo es el tiempo, una hora es una hora, aquí y en cualquier parte del mundo, no tiene nada de relativo."

yo: "El tiempo no es mas que la percepción que cada uno tiene del paso de él, no es algo tangible que puedas tocar. Imagínate por ejemplo que te estás haciendo mucho pipi y sales disparado al baño. Imagina entonces que entras al baño, te aflojas las prendas que necesiten ser aflojadas y comienzas a orinar. Imagina que te relajas, porque eran muchas las ganas y sonríes. Imagina que una vez has terminado te ajustas las prendas que antes desajustaste y sales del baño habiendo empleado en ello, pongamos que 2 minutos, ¡que rápido has sido!, ¿eh?"

niñ@: "si vale, ¿y que?"

yo: "Imagina ahora que cuando llegas al baño, en lugar de entrar te encuentras que está ocupado. Entonces empiezas a bailar un poco para ver si así aguantas, silbas, te distraes mirando los cuadros de las paredes, andas pasillo arriba, pasillo abajo, te desesperas, pegas en la puerta, te paras porque piensas que se te ha escapado un poquito, rezas porque no haya sido así e insultas mentalmente al que está dentro por ser tan tardón, con los vellos de punta de tanto aguantar y a punto de hacer pis en la puerta del baño, cuando la puerta se abre y tú entras como un torbellino sin apenas mirar a la persona que acaba de salir y ¿sabes cuanto tiempo ha pasado?, ¡2 minutos!."

La cuestión es que siempre se han enterado de la teoría de la relatividad usando el ejemplo del baño, y ya, lo han dejado estar, el problema llega cuando te haces mayor, entonces es realmente cuando la teoría de la relatividad adquiere un peso especifico en tu vida y cuanto más la usas para relativizar situaciones que se dan en tu vida, más hemos vivido, tanto bueno como, desgraciadamente, malo... luego están los peces, esas personas que vivan lo que vivan no aprenden nada, porque no tienen memoria, pero de esos no vamos a hablar ahora, ya que merecen una entrada sólo para ellos.

Y es que dice mucho de la vida de una persona que estando realmente jodido, mira atrás y piensa: "pues no es para tanto, la verdad", algunos lo llamaran experiencia, otros madurez, yo lo llamo putada... pero mas putada es, pensarlo mirando hacia delante sin permitir que nadie te de la mano.

Y esto, esto si que es relativizar...