No entiendo muy bien la insistencia de algunas personas en preguntar acerca de un tema que, he dejado claro, quiero apartar de mi vida totalmente durante un tiempo... y en actualizar mi información al respecto.
La verdad es que cuando una dice frases como:
"He decidido que es mejor no saber nada del tema durante un tiempo" o "No me interesa el tema" o "No es de mi incumbencia, mis prioridades ahora son otras" o "Me alegro de la felicidad de todo el mundo, pero yo ahora estoy por la mía"
a personas inteligentes y siguen dejándose caer sutilmente de vez en cuando, una se empieza a plantear si el problema está en el idioma, en la expresión facial, quizás la corporal, el tono de voz usado o simplemente es que hay que recurrir a la bordería por mucho que aprecies a algunos de los susodichos y sepas que no es cotilleo morboso, sólo ligera curiosidad/preocupación.
La incredulidad es humana y se que es un pelín increíble que DE VERDAD no me interese, que no sea una pose, que no estoy herida, ni dolida, que no me importa la verdad o la mentira al respecto, que no es mi problema, en serio, ni mi alegría, ni mi tristeza, ni mi decepción, ni mi orgullo, ni mi prioridad, ni siquiera está en mi escala de prioridades y que ahora estoy en el momento más egoísta de toda mi vida: me interesa mi felicidad por encima de cualquier cosa o de la felicidad de cualquier persona.
Aunque a algunos les parezca una obviedad, no lo es, yo jamás he hecho eso y montones de veces, en realidad toda mi vida adulta, he sacrificado mis necesidades, mis prioridades e incluso mi felicidad por las de otros a los que he amado.
La verdad es que cuando una dice frases como:
"He decidido que es mejor no saber nada del tema durante un tiempo" o "No me interesa el tema" o "No es de mi incumbencia, mis prioridades ahora son otras" o "Me alegro de la felicidad de todo el mundo, pero yo ahora estoy por la mía"
a personas inteligentes y siguen dejándose caer sutilmente de vez en cuando, una se empieza a plantear si el problema está en el idioma, en la expresión facial, quizás la corporal, el tono de voz usado o simplemente es que hay que recurrir a la bordería por mucho que aprecies a algunos de los susodichos y sepas que no es cotilleo morboso, sólo ligera curiosidad/preocupación.
La incredulidad es humana y se que es un pelín increíble que DE VERDAD no me interese, que no sea una pose, que no estoy herida, ni dolida, que no me importa la verdad o la mentira al respecto, que no es mi problema, en serio, ni mi alegría, ni mi tristeza, ni mi decepción, ni mi orgullo, ni mi prioridad, ni siquiera está en mi escala de prioridades y que ahora estoy en el momento más egoísta de toda mi vida: me interesa mi felicidad por encima de cualquier cosa o de la felicidad de cualquier persona.

Se que puede sonar raro que el hecho de hacer feliz a alguien a quien amas te pueda provocar sentimientos de infelicidad, pero es más habitual de lo que imaginamos que los niveles de sacrificio sean brutales para el alma.
El tema es que ahora, secillamente no es así, mi bienestar está por encima de todo y de todos y si ellos también me aman a mi, lo deben entender.