Domingo de Ramos

Huele a semana santa y cual rata en el Titanic, abandono el barco por la supervivencia de mi propia salud mental y porque ya es prácticamente una tradición.
Llevo meses oyendo los ensayos de las bandas o como sea que se llamen a esos grupos de chic@s que salen delante y detrás de los tronos aporreando los tambores y tocando las trompetas, meses!
Es lo que tiene vivir en el centro: acaba la navidad y todavía no han quitado los adornos de las calles cuando empiezan los ensayos para la semana santa, carnavales, feria, hallowen, el día de los enamorados, para todo hay gente, para todo hay adornos y ensayos para los espectáculos callejeros, pero nada es comparable con la semana santa.
El centro de Málaga se vuelve una locura, en los recorridos oficiales hay “pasos”, donde tras esperar una cola increíble, cuando las procesiones hacen una parada, dejan pasar a los transeúntes, pero en el resto del recorrido, osea, desde los distintos sitios desde los que salen, hasta que llegan al comienzo del recorrido oficial y desde el final de este hasta donde se “encierran”, ahí te las arreglas como buenamente puedes y es una locura.
Desde mi casa a donde suelo quedar con mis amigos (La Plaza de la Merced), suelo tardar aproximadamente 10 minutos de reloj caminando tranquilamente, pero en estos días, este mismo recorrido me puede llevar una hora y media, tres pisotones y un codazo en las costillas, además de varios insultos y todo esto con algo de suerte, porque alguna vez me he vuelto a casa, dolorida, humillada y frustrada: Sonia 0 – Semana Santa 1.

El caso es que hace ya algunos años que me estoy escaqueando de esta piadosa costumbre de mi lugar de origen y levanto el vuelo de tierras españolas a veces sin tener una mísera excusa, no así el año pasado, que pqrrq y yo huímos juntos alejándonos con idéntica aprensión de tierras españolas, ¡perfecto!. Este año también la tengo: estoy en paro, osea que tengo el tiempo, no estoy justa de pelas, al menos por ahora, osea que tengo el dinero y no tengo pareja a la que darle explicaciones, osea que tengo la libertad de tomar decisiones espontáneas sin consensuarlas con nadie ==> puedo irme donde quiera y el tiempo que quiera.

Bueno, pues eso, que me largo a Argentina un meses, yo conmigo misma y mi mochila.

(Ya sabeis, pause al ipod si quereis oir bien los videos)


Todos me dicen cuando se enteran, que tengo mucho valor, pero en realidad yo veo otra cosa en sus ojos: en algunos casos veo miedo, “¡como puede una mujer sola irse 1 mes a un país sudamericano!, pueden surgir problemas y ¿a quien podrá acudir para que se los solucione?”, en otros un poco o un mucho de envidia, “un mes de viaje, ¡un mes!, ¿como se puede ir alguien sola durante un mes?, ¡que aburrido!”, pero en otros casos es lo que yo llamo envidia de amigos: “¡quien se pudiera ir contigo!, ¡que bien te lo vas a pasar!, ¡cuéntamelo todo cuando vuelvas!, te voy a echar de menos”.



El caso es que yo no me siento valerosa, ni envidiable, además, me caigo estupendamente, así que no me preocupa en absoluto estar un mes sola, cosa que dudo que pase, porque cuando se viaja sola, es incluso difícil estar a solas en algún momento. Creo que casi todos pueden tomarse un mes de vacaciones/excedencia de tanto en tanto y por el tema de dinero tampoco será, realmente este viaje no me va a salir mucho más de lo que me costaría vivir en Málaga durante un mes si le metemos la semana santa en medio, con sus salidas y escapaditas de findes.



Y todo esto a cuento de que iba?..?...?: ¡ah si!, que voy a estar un poco quitada de en medio durante un tiempo, pero cuando vuelva ya os contaré cosillas… digo yo.

Nos leemos pronto.

Besos.