domingo, 12 de octubre de 2008

Un empujoncito agradable

Antes de anoche, mientras volvía a casa después de unas cuantas cervezas con amigos en los bares acostumbrados, refunfuñaba para mis adentros y me prometía no volver a ponerme tacones de mas de 7 centímetros para salir de copas, mientras subía unas escalinatas que hay antes de llegar a casa apretando los dientes a cada paso, cuando de repente un viento fuerte y fresco me empujó suavemente, refrescándome la nuca y ayudándome a caminar durante un trecho del camino.

Confieso que sentí una leve decepción cuando desapareció, pero pasó pronto. Me quedo con el dulce recuerdo de esa leve y placentera sorpresa.



3 comentarios:

ninfasecreta dijo...

Esas brisas suaves van y vienen pero son la sal de la vida...

ninfasecreta dijo...

Por cierto, churri, cámbiame el enlace que ha vuelto la Ninfa pecadora...

Besosss

Chipsoni@ dijo...

Done, sweet baby.